lunes, 10 de julio de 2023

Lo que se viene

 

Me pasa muy seguido de querer ponerme a escribir notas, artículos técnicos o relatos, tal como hago desde hace muchos años, y encontrarme con que se me hace difícil lograr una buena concentración.

De todas maneras, como soy bastante metódico y decidido (limado… diría mi hijo) me obligo a sentarme frente al teclado y empezar. Una vez que lo logro, la cosa vuelve a fluir.

Muchas veces me pongo a pensar a que se debe. Tal vez sea la edad, se me ocurre. Pero finalmente, vuelvo a una idea recurrente:

Creo que el bombardeo de información, imágenes y audios de múltiples pantallas, que tenemos los seres humanos en los últimos años, nos está haciendo perder, a la mayoría de nosotros, la capacidad de concentración, abstracción y pensamiento creativo.

Basta salir por calles y rutas para ver gente de todas las edades, con la vista fija en sus móviles. Incluso los que van manejando. En las salas de espera (ya no hay revistas), lugares para comer, paseos al aire libre y cuanto lugar se les ocurra, hay un humano concentrado en su teléfono.

Esto no puede ser un cambio inofensivo. Algo va a pasar.

Si en apenas diez años llegamos a esto, y la cosa promete ir creciendo con la sonada aparición del Chat GPT y Bing, seguramente en diez años más, habrá otra humanidad.

O más justa, libre y feliz; o completamente alienada, colonizada mentalmente por los pocos operadores de estos sistemas de comunicación, para vivir en un Gran Hermano permanente.

Como soy un optimista empedernido, creo en la primera opción.

Los pronósticos funestos siempre se han dado frente a los cambios en la humanidad. Seguramente por el miedo a lo desconocido. Pero de una forma u otra, hemos sobrevivido y evolucionado. Esta vez no será la excepción.  

 

viernes, 26 de mayo de 2023

Residentes y amigos

 


Entre 1995 y 2020, pasaron por San Manuel, alrededor de 60 residentes. Alumnos de veterinaria de la UNICEN al principio, cuando se creo el sistema de pasantías en esa Facultad. Luego siguieron montones de estudiantes, y otros recién egresados, que venían un tiempo a trabajar con nosotros y hacer algo de experiencia. También llegaron algunos extranjeros. Una estudiante de Inglaterra, tres de Francia y un muchacho recién recibido de España. Por último, comenzaron a venir residentes de la Facultad de Veterinaria de La Plata. Hasta que la cuarentena dejó todo detenido.

En los primeros años era un problema conseguir algún lugar para que vivieran en el pueblo. Después, cuando San Manuel se transformó en un sitio atractivo para venir a trabajar, construí un rincón en el fondo de la veterinaria, donde instalé unas camas para alojarlos cómodamente. O casi. El “sucucho” lo llamamos.

Tengo que contarles que me gusta mucho compartir nuestro trabajo y nuestra modesta experiencia con aquellos que lo necesiten. Por eso diseñé un “Programa de entrenamiento en clínica y cirugía”, por el que los estudiantes o veterinarios nuevos, pueden venir un tiempo sin costo alguno, y acceder a nuestras prácticas con grandes y pequeños animales, hacer cirugía y algunas tareas de Laboratorio. Se van con un bonito certificado y un montón de recuerdos para atesorar.

Así que ya saben que estamos esperando nuevos amigos por acá.

miércoles, 24 de mayo de 2023

Pensando en las vocaciones



El cerebro de cualquier animal, desde un pescadito hasta un ser humano, durante su desarrollo tiene las llamadas “ventanas de aprendizaje”. Son períodos en los que ese cerebro es capaz de recibir, procesar y almacenar determinados datos, que quedan impresos en esa maraña increíble de células interconectadas. Eso se descubrió estudiando el canto de los pájaros. Las crías son capaces de reproducir los gorjeos de los adultos de su especie, solo si lo oyen en determinados momentos de su crianza. Esos momentos son las “ventanas de aprendizaje. Aún no se sabe como funcionan exactamente. Si en esos mismos períodos, el pichón no puede escuchar el canto de sus mayores, al ser adulto no podrá reproducir exactamente esas notas ¡Fascinante! ¿No?

Tal vez con el desarrollo de una vocación en el humano pasa lo mismo. Puede ser que durante su crianza, haya un momento en el que ese niño reciba alguna información, dato o estímulo, en el exacto período en que está mas receptivo, y allí quede alojado en un rincón de su cerebro.

En algún momento esa información se hará consciente y veremos al muchacho que decide ser arqueólogo, cuando en su familia son todos abogados, o aquél otro que opta por la carpintería, a pesar de que su padre es viajante de comercio.

En mi caso, no se cual habrá sido el proceso, pero nunca dude en seguir los pasos de mi padre en esta linda profesión. Desde mi primer recuerdo en el campo, tal vez a mis cinco o seis años, en que un empleado me preguntó que iba a ser de grande y le dije: -¡Veterinario-! Hasta el día de hoy, sesenta años después, sigo feliz y contento con esta actividad.

Solo a veces, pienso que también me hubiera gustado ser camionero.

  


lunes, 22 de mayo de 2023

Trabajo peligroso

 


-¡La vaca está en el potrero de la sierra, así que vamos a tener que llegar caminando!- Dijo Manuel. El encargado de Los Capullitos.

-¡No hay problema Manuel! No va a ser la primera vez.

Subimos con la Ranger hasta el final del sendero, y ahí la dejamos. Cargamos todo lo necesario para un parto simple o una cesárea, y arrancamos a pie hacia el lugar, donde esa mañana, habían encontrado a la vaca negra haciendo fuerza para largar su cría.

La sierra que está pegada al pueblo es bastante particular. Tiene una meseta superior de alrededor de 700 hectáreas. En este momento está llena de malezas y de un arbusto espinoso impenetrable, que se llama Curro. Además, hay una gran población de cerdos salvajes, pumas y ciervos, conviviendo en equilibrio con las vacas mansas y otras que nunca han podido encerrarse. Esto sin contar la gran cantidad de víboras Yarará, que se han visto este verano.

Por eso es un lugar bastante peligroso para hacer excursiones.

Cuando estábamos llegando hasta la vaca, vimos un gran movimiento de caranchos y chimangos, y descubrimos con sorpresa que una enorme chancha jabalí con sus crías, estaban almorzando la cola de la vaca y las manitos del ternero por nacer.

La cerda no daba señales de miedo por nuestra presencia y era urgente ahuyentarla para poder asistir el parto, así que Manuel decidió hacer un tiro al aire con la escopeta calibre 12. El estampido resonó como un trueno en el silencio de la sierra y obligó a la madre hambrienta y a sus crías, a emprender la retirada hasta unos curros que estaban a no más de treinta metros. Desde ahí nos estuvieron mirando, mientras nosotros empezábamos el trabajo de lo que inevitablemente sería una cesárea, ya que los restos del feto indicaban que el parto estaba demorado desde al menos tres días atrás, y sería imposible por vías naturales.

Yo avanzaba con la operación y Manuel vigilaba a la chancha, que desde allá lejos, seguía rezongando y con ganas de volver a comer.

Y de pronto lo que faltaba. Se sintió un tumulto y gritos desesperados de los lechones. Un enorme puma, que seguramente había estado todo ese tiempo acechando, tenía entre sus colmillos a uno de los pequeños chanchitos, que seguía chillando sin parar, mientras su madre bramaba tratando de asustar al gran gato. Pero fue inútil. En tres o cuatro saltos, el puma se perdió entre la maleza, mientras la chancha se retiraba definitivamente del escenario, con las crías que le quedaban.

Nosotros terminamos del sacar el ternero medio podrido, ayudamos a la vaca a levantarse, y emprendimos el regreso comentando la extraña aventura.

martes, 21 de febrero de 2023

¡Tranquilos con la Gripe Aviar!

 

            Todos recordamos aquellos tiempos, cerca de 2010, donde parecía que una pandemia de Gripe Aviar estaba sobre nosotros y los fabricantes de barbijos en Argentina (donde no había casos) no paraban de facturar ¿Qué pasó? Nada

A los hechos puros y duros.

            Esta es una infección de las aves producida por un virus de la familia Orthomyxoviridae. Hay dos tipos principales. Los de baja patogenicidad y los de alta patogenicidad. Afecta tanto a las aves silvestres como a las domésticas, produciendo signos característicos de diarrea y plumaje erizado.

            Difícilmente pasa a los humanos. Entre 2003 y 2022 se registraron en todo el mundo solo 868 personas afectadas por el subtipo H5N1, de alta patogenicidad (información OPS). La letalidad es alta, ya que de todos ellos, murieron 457 (52%). Considerando que la población mundial ronda los 7000 millones de personas, hay más probabilidades de morir atravesado por un meteorito que por gripe aviar, o en un accidente de tránsito, o por caídas desde una escalera.

            La enfermedad es transportada entre países por aves migratorias y se ha detectado prácticamente en toda América, desde Canadá hasta Argentina.

            Hay dos casos registrados en el mundo de enfermedad en mamíferos producida por H5N1. El primero en un criadero de visones en España, y el segundo en poblaciones de Lobos marinos en Perú.

            Hay miles y miles de virus en el planeta, conviviendo con animales (ahí estamos nosotros) y plantas. Cuando uno se altera y se pone malo, la naturaleza lo pone en su lugar, armando las estrategias defensivas que correspondan. Los humanos somos capaces de defendernos activamente con brillantes resultados como contra la Poliomielitis.

            Por lo tanto, no deberíamos vivir en permanente zozobra temiendo por enormes pandemias. El bombardeo de información que recibimos es de tal magnitud que nos hace perder el foco. Una fotografía de unos tipos enmascarados metiendo gallinas muertas en una bolsa, repetida millones de veces, tal vez nos hace pensar que ya nunca podremos comer un pollo sin sufrir las consecuencias. Por eso, volvemos al comienzo:

¡Tranquilos con la Gripe Aviar!

 

 

domingo, 21 de agosto de 2022

El cerebro de nuestras vacas

A veces es bueno entender un poco más del funcionamiento del sistema nervioso de nuestros animales domésticos, para poder trabajar mejor con ellos y aumentar su bienestar.

 


Allá fuimos un grupo de docentes de Fisiología animal de la UNICEN, a dar un curso para profesores de secundaria en Mar del Plata. Mi tema era Neurofisiología. La última actividad del curso fue un gran Taller-Debate donde los 34 “alumnos” pudieron bombardearnos con preguntas e inquietudes. Entre ellos, había tres relacionados con la ganadería, y se engancharon mucho con mi charla.

-¡Digamé Spinelli! Hay algo que me gustaría que nos ampliara, y es lo relacionado con el aprendizaje de los bovinos ¿Es cierto que pueden aprender tantas cosas?-

-¡Vean! ¿Recuerdan lo que dije sobre la forma en que los animales aprenden algo? Los mamíferos tienen cerebros muy evolucionados con dos puntos o centros muy interesantes dentro de su estructura, que son los centros de recompensa y de castigo. Cuando un individuo realiza un acto nuevo para él y tiene un buen resultado, como por ejemplo entrar en un galpón que normalmente lo asustaría y encontrarse con un montón de grano para comer, este acto queda fijado por la activación del centro de recompensa. Es así que el animal tiende a repetir esa acción. Allí tienen un “aprendizaje”. Ahora sabe que entrar en el galpón le dará comida.

Por el contrario, si cuando el curioso entra al galpón es sorprendido por un sonido violento, este suceso quedará fijado por el centro de castigo, y seguramente el explorador evitará volver a entrar en el bendito galpón. Aprendió que el galpón está relacionado con algo terrorífico.

-¡Está bien! Pero como podemos usar esto que nos cuenta para enseñarle algo a una vaca.

-Los dos caminos a recorrer para enseñar a un animal, consisten en buscar como activar uno de estos centros.

Antiguamente, los circos tenían animales en sus espectáculos. La forma que usaba la mayoría de los “domadores” para enseñar a un tigre o a un mono, a hacer alguna prueba, era el castigo. El famoso látigo. El animal obedecía por temor al dolor. Precisamente se estimulaba el centro de castigo y se lograban resultados a pesar del sufrimiento de los “artistas” animales.

En la actualidad, es unánime la adopción del camino de la recompensa. Cuando el animal hace lo que le pretendemos enseñarle, se gana un premio. Ya sea un bocado o un gesto afectuoso.

A aquellos de ustedes que son ganaderos, les doy un ejemplo concreto. Supongan que tienen un rodeo que no pueden hacer circular por la manga sin gritos ni estrés. Primero deberán descartar problemas en el diseño de mangas y corrales, y después analizar el motivo de la resistencia a pasar por la manga. A veces se trata simplemente de alejar los perros, si no son muy buenos para el trabajo, o adoptar las varas o las banderas para arrear sin gritos, solo con toques leves. Después, y esto es muy importante, una vez terminada la tarea específica, les recomiendo hacer desfilar dos veces, a todo el rodeo, por la manga abierta. Que simplemente los animales pasen por ella sin contratiempos. De esta manera, cuando los vuelvan a encerrar, volverán con las buenas sensaciones que se fijaron en su centro de recompensa.

-¡Buena idea! ¡La voy a probar!- Afirmó Laura C., una profesora de Coronel Vidal, casada con un ganadero tradicional –Pero a mí me quedó una duda ¿Cómo es la memoria de las vacas y cuánto dura?

-¡Mirá Laura! Tanto los animales más evolucionados, como nosotros los primates, somos capaces de almacenar información en nuestro sistema nervioso ¿Qué información guardamos? Solo la que es relevante y puede ayudarnos en nuestra diaria actividad. Es por eso que se calcula que el sistema nervioso desecha más del 99% de los estímulos que recibe. Los considera intrascendentes. Lo verdaderamente importante queda registrado primero como memoria superficial y luego, si realmente es un dato vital, durante el sueño se fija en la memoria profunda y probablemente quedará allí toda la vida.

-¡Entiendo! ¿Pero que es específicamente la memoria? ¿Qué pasa en el cerebro de un animal para que pueda guardar una información?

-¡Miren! Verdaderamente no hay una respuesta precisa. Hay quienes postulan que un estímulo provoca cambios químicos en las neuronas, que pueden ser permanentes cuando se llega a la memoria profunda. Otros dicen que son “huellas sinápticas”, es decir que un dato nuevo que ingresa al cerebro, activa una nueva ruta sináptica, que quedará activa para siempre, mientras ese dato esté en la memoria. Sería como abrir una nueva calle en el medio del campo.

-¿Y que es una sinapsis?

-¿Quien preguntó eso?

-¡Yo!- Dijo uno de los presentes levantando la mano –Ya se que es una de las primeras cosas que explicó en la charla, pero yo tuve que venir más tarde.

-¡No hay problema! Les recuerdo rapidito que una sinapsis es la unión entre dos células nerviosas o neuronas. Y les recuerdo también, que cada célula nerviosa puede enviar información hacia unas 1000 neuronas, y recibirla de otras 1000, sumado a esto que se calcula que en un cerebro hay entre 500 y 1000 millones de neuronas, las posibilidades de comunicación entre ellas son infinitas.

¡Bueno! ¿No hay más preguntas?

-¡La última Spinelli! ¿Las vacas ven en colores?

-¡Linda pregunta! Les diré que los colores son distintas longitudes de onda de la luz. Esta luz en captada por los ojos, conducida a la parte posterior del cerebro, la occipital, y allí es interpretada por el individuo y transformada en “imágenes”.

Todos los animales lo hacen. Es decir que todos ven en colores y pueden diferenciarlos. Lo que pasa es que ellos no pueden hablar para contarnos como interpretan esa misma luz que los humanos percibimos.

Resumiendo: Las vacas, y en general todos los animales, son capaces de aprender y se les pueden enseñar habilidades apropiadas a cada especie. También son capaces de memorizar las cosas que les interesan, y por fin, recuerden que todos son capaces de diferenciar los colores-

Un lindo aplauso fue el cierre de la charla y el debate. Nos fuimos todos contentos.

      

lunes, 18 de julio de 2022

¿Somos mansos? ¿Es verdad?

Uno escucha a muchos periodistas y comunicadores bien informados, padecer este Gobierno y trasmitirlo a diario. Allí están Jonatan Viale, Nelson Castro, Baby Etchecopar o Viviana Canosa, preguntándose cotidianamente ¿Qué más estamos esperando? ¿Cuándo vamos a reaccionar? ¿Qué pasa que no explota todo? O decir ¡Somos un pueblo manso! ¡Somos un rebaño de pelotudos! Y tantas cosas más. Nombro solo estos cuatro porque parecen los más visibles.

El asunto es que a un Gobierno se lo saca con los votos o con las botas. Y el asunto también es que a esta plaga ¡Ya la sacamos una vez con la fuerza de nuestros votos!

¿Pero que pasó? Pasó que estos delincuentes empezaron a erosionar a un Gobierno SANO, desde el mismo día en que asumió. Un Gobierno que fue lo mejor que le pasó al país en décadas, que trabajó milagrosamente con minoría en ambas cámaras, y se enfrentó a mafias y corporaciones de políticos ladrones, sindicalistas corruptos, narcos violentos y delincuentes de toda laya, teniendo siempre un rumbo claro para el País.

Y allí estaban casi los mismos periodistas y comunicadores, dando espacio y cámaras a cuanto estúpido y mentiroso quisiera salir a hablar ¿O no se acuerdan del caso Maldonado y la cobertura mediática que tuvo? ¿O el asesinato de Nissman y las barbaridades que le inventaron después de muerto? Solo por dar una muestra de la manera en que se movieron.

El objetivo era desacreditar, falsear, minimizar, reducir al Gobierno de Cambiemos a su mismo nivel de inmundicia.

Y les salió bien, porque aún hoy, la mayor parte del periodismo, incluso los que nombré antes (salvo Baby), sigue diciendo que son todos lo mismo.

Entonces no me jodan más con este cuentito de que somos unos flojos y mansos, porque no reaccionamos frente a tanta desmesura. Mírense ustedes el ombligo y llamen a las cosas por su nombre, no critiquen a toda la clase política sin distinción y pongan por fin las cosas en su lugar.

 

Lo que se viene

  Me pasa muy seguido de querer ponerme a escribir notas, artículos técnicos o relatos, tal como hago desde hace muchos años, y encontrarme ...